El Instinto

 La noche en los bosques de Darksweet era cálida, tranquila, silenciosa, muy acogedora y más en la isla que Siledark y Danin habían elegido para pasar sus días y noches de vigía.
Ceres Cross dormía dentro del hueco del gran árbol de madera oscura, en tranquilidad por ahora, Vacío no había vuelto a usarle para desquitarse, por lo que por ahora estaba dando descanso a sus dos guardianes, elegides por elle misme.

Sile estaba sentada en el suelo viendo las estrellas, cuando decidió iniciar una conversación sin más.

—Sabes qué, creo que Ceres está esperando mi época de celo, la alta; creo que quiere que tenga descendencia como mi padre, pero... Estoy tocada por Vacío desde que me eligió

—Puede que este buscando sustituto, un nuevo recipiente... Aunque tienes razón, si busca eso eres su mejor opción -suelta Danin sentado al lado del árbol con sus ojos casi dorados de depredador fijos en Sile. —Yo soy todo Caos, no puedo tocar el Vacío o tendrás que matarme, o este me mata a mí y, a parte, ya son muchos siglos, soy un Rey estéril, se necesitaría un milagro

—Con Ceres es todo posible, a saber -le responde con una sonrisa.

—Na, sois más compatibles y, de mí, sólo pueden nacer Bestias de Sangre, sólo soy un pasatiempo al que mutilar...

—¿Has pensado en la oferta de la Diosa de la Muerte? -le pregunta Sile seria.

—Sí, pero mi lugar está aquí, controlando a Ceres

—¿Y si nos mudamos en conjunto? El Manto Profundo es ideal para que Ceres se desfogue sin dañar al resto de mundos y... Así esa Guadaña Especial que te hace ojitos estaría más cerca

Danin hace una mueca con sus colmillos más que visibles. Sile continúa su charla.

—Le fascinas, te puede mantener a raya, le puedes usar de sustento y le encanta follar contigo, le ves como una Reina de les tuyes, aunque no lo sea

Danin frunce el ceño.

—Sí, pero no es una Reina, simplemente ha conseguido que aceptara una parte de mí que tenía enterrada... En mi mundo, mi primera pareja fue un hombre lobo, pero todo se fue al traste y luego sólo tuve Reinas, él simplemente desbloqueó esa parte de mí que existía antes de que me convirtiera en esto

—Hablando de invocar nombrades... -dice Sile.

De entre los árboles cercanos aparece un chico muy joven, ambiguo, de media melena rojo fuego y ojos verdes. Su vestimenta es simple, negra, camiseta de licra sin mangas, pantalón ancho y cazadora de cuero larga; en sus manos lleva guantes cortos.
Se acerca.

—¿Es por la oferta? -pregunta Danin, aunque el olor le trae excesos, olor a sudor, sexo y muchas personas, lo que le hace mostrar una mueca.

—No... Exactamente... -contesta con voz dulce.

Danin impulsado por un instinto que ya no puede apenas reprimir por lo corrupto que está, se le acerca rápido al cuello y comienza a olerlo, incluido el pecho. Blades ahoga un suspiro entre el miedo y la excitación.

—Tranquilo, ya no puede evitarlo -suelta Sile. —Por mucho que lo niegue, te tiene como una de sus Reinas; puede entender que te acuestes con "machos" de menor nivel, pero no vas a poder evitar que ahora quiera dejar su olor por encima y, sí, hueles a sexo despiadado hecho por adición, mi parte de lobo lo huele

Danin gruñe y le muerde el cuello, es doloroso y bebe un poco del pelirrojo, que ahoga la queja. Al terminar le suelta con una mueca:

—Necesitas una ducha -y lo arrastra hasta el agua sin este poder hacer nada.

Lo hunde. Los huesos de una Bestia de Sangre que ha desarrollado coraza, pesan, de ahí que les cueste nadar. Ante la queja de Blades lo suelta para que salga del agua.

—¡Madita sea! Ahora tengo que secar la ropa -se queja y comienza a desvestirse para secarla con su poder sobre el fuego.

Danin sale pesadamente del agua y, cual perro, se sacude y agita sus alas recién mostradas tras el baño. Estas miden el doble que él para poder alzar el vuelo y la membrana llega hasta la cola.
Las pliega y se acerca a Blades para restregarse como un gato contra él.

—Basta, me acabo de secar, por favor

—No vas a poder evitarle Blades, mejor que le dejes, al menos no parece tener ganas de hacerte nada más -dice Sile.

  —Su olor va ha espantar a los clientes, aunque... Me temerán un poco más en vez de tomarme como un crío fácil

—Blades, no me gusta juzgar pero, deberías tener cuidado con ese vicio tuyo, vale que se te haya grabado con el trauma y que lo uses en beneficio, pero... Puede sentarte mal, él lo nota -y señala a Danin. —¿Por qué crees que su instinto le lleva a hacer lo que está haciendo? Te marca para intentar ahuyentar a quienes te pueden hacer daño, una pena que les humanes no tengan el olfato desarrollado, sabrían que tendrían que tener cuidado; sabes que Danin puede rastrearlos fácilmente y que son comida para él, el día que tenga hambre los buscará y sólo quedarán huesos de ellos.

 

Autor: ConstIris

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