Un Momento de Relax
Empezaba a notar frío, así que alargó el brazo hacia su compañero, pero este no estaba; entonces despertó del todo y, al abrir los ojos, vio al pelirrojo de cara femenina y muy de niña de Blades, mirando por la ventana con la manta de plumas por encima.
-¿Qué haces Blades?
-Les vecines son muy ruidoses
-¿Ahora te quejas? Ya sabías como era Thunder y sus fiestas
-Está amaneciendo
El rubio Silistic suspiró e hizo un gesto con la mano.
-Anda, pasa de elles, ¡Ven aquí pequeñín!
Blades se acercó arrastrando la manta y se tumbó sobre él.
-¿Tenías que robarme la manta para ver por la ventana? -se quejó Silistic.
-Sí
-Serás cabronazo -soltó de manera cariñosa a la vez que le daba un leve palmazo en el trasero.
-Pues ahora te has quedado sin revolcón
-¡¿Sólo por eso me he quedado sin polvo?! -se quejó el rubio.
Blades lo besó de manera rápida.
-Bueno, aún tienes derecho a una ducha conjunta
Silistic le correspondió y, a los pocos segundos, llamaron a la puerta.
-¡Ey, chicos! Sé que estáis ahí -se escuchó la voz de Thunder al otro lado de la puerta.
-En estes momentos me gustaría saber usar manto en condiciones -dijo Blades.
-¡Hoola, chicos! -volvió a saludar Thunder tras abrir la puerta de golpe. -Unos amigos y yo nos vamos en busca de tías buenas, ¿Venís?
-Lo siento Thunder, creo que Blades pasa
-Bueno, allá vosotros, os perdéis la fiesta -y cerró la puerta.
-¿Cómo ha conseguido abrirla? -preguntó el pelirrojo.
-Blades, nunca cerramos con llave, ¿Te acuerdas?
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